Levantarse a las 4 de la madrugada y subirse a un trasto de estos sin tan siquiera llevarse un café a la boca, acompañado de 14 personas entre guiris y japos tenía que tener una recompensa.
Las vistas son increíbles y la sensación y la vivencia indescriptibles.








1 comentario:
Hola!
Me gusta muchisimo tus fotos!
Saludos desde Lisboa.
JM
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