Guardo un grato recuerdo de mi primer viaje a Marruecos, tanto de los lugares que visité, como de la gente que conocimos.
Este retrato es un pequeño homenaje a la única habitante que conocimos en Ait Ben Haddou. La verdad, no sé si era más humilde que hospitalaria o viceversa, pero siempre recordaré cómo nos abrió la puerta de su casa y nos ofreció un té y unas almendras en señal de esa hospitalidad de la que hablo.
Ojalá todo le vaya bien.
3 comentarios:
Los retratos en B/N, tienem algo especial, excelente y con el marco, perfecto
Un saludo
Bueno me gusta mucho tus fotografias , espero algun dia hacer fotos con calidad por lo menos la mitad que las tuyas.
un saludo
Me alegro de que os haya gustado. Gracias por pasar.
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