Nada más lejos de la realidad, aquí es donde viene el yang que alguno esperaría al leer mi anterior entrada del blog. Si lo que buscas es fotografía bien expuesta, con composición, iluminación o lo que simplemente se debería acercar a cuidar una imagen, mejor pasais de largo cuando os acerqueis a la Sala Alcalá 31. Ahora bien, si quereis ver un tío a 4 patas enseñando el ojete encima de un piano, fotografías inclinadas y caídas de una señora y una joven en bolas dentro de un museo al lado de obras de arte en las que posiblemente duren durante siglos los daños producidos por el flashazo de este individuo, o simplemente la foto del pequeño miembro "viril" de este caballerete rodeado de capullos de flores, os vais a sentir como en casa.
Esta exposición sería la más indicada para llevar un autobus de estudiantes de arte y discutir con ellos sobre qué es arte y qué no lo es. Posiblemente, no sea yo el más indicado para juzgar en este término, y muchísimo menos en el momento actual, en el que cientos de autores matarían por exponer en una sala como Alcalá 31 mientras que los responsables de PHE llenan la sala de fotografías que perfectamente podría haber hecho cualquier niño de cuatro años.
Paso olímpicamente de discutir sobre arte, pero a lo mejor los que se dedican a decidir por los demás y de calificar algo como una obra de arte, deberían fumar menos según qué cosas y ser menos "frikis".
Yo personalmente me quedo con la definición de "Fotoarte" que le escuché hace ya un tiempo a alguien que sabe bastante más que yo de esto, "Fotoarte; dícese de la excusa perfecta para hacer malas fotos" .
Por si alguien se aburre, la exposición está en la Sala Alcalá 31 del 9 de junio al 25 de julio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario